Después de esas primeras e intensas emociones vividas el día anterior en la ciudad de Sevilla durante el primer día de la Ruta, nos trasladamos a la ciudad de Cádiz, otra de las ciudades fundamentales en la historia del Arte Flamenco. El viajero siente en su interior un cúmulo de sensaciones nuevas. El asombro ante el descubrimiento de una ciudad con tres mil años de historia que huele a mar y respira mar por todos sus rincones.
Cádiz, “salada claridad”. Al traspasar el antiguo arco de “Puerta de Tierra” nos adentramos en el intrincado laberinto de la ciudad antigua, siempre rodeada por el mar. Admiramos los edificios señoriales coronados por singulares torres, desde donde se divisaban los barcos que llegaban desde tierras americanas, durante aquellos tiempos de esplendor en los que Cádiz fue el puerto comercial más importante del mundo.
El Flamenco en Cádiz es reflejo de la forma de ser y de sentir de sus habitantes. Los gaditanos son abiertos, alegres, cosmopolitas y bulliciosos. Gentes llenas de simpatía y buen humor, lo que se manifiesta especialmente en sus muy célebres fiestas de carnaval.
Tras el íntimo paseo por las calles de Cádiz, degustamos la cocina tradicional gaditana en uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad. Para vivir a continuación una auténtica fiesta flamenca con artistas locales de reconocido prestigio.